domingo, 18 de noviembre de 2012

Me dejó satisfecho.

Me dejó satisfecho, tirado en medio de la cama con la vida desordenada 
viendo el techo y escuchando sus pasos por la habitación. 

Estoy lleno, nunca había comido de su cuerpo de esta manera
fue más allá de alucinante
mi piel aún siente lo que hace pocos minutos pasó
aún palpita.

No hablas, no hablo, no sé si mi boca está mostrando una débil sonrisa
o simplemente, una linea sin expresión
te veo vestir y abrigarte, yo muero de frío y no importa.

Me dejó satisfecho, porque eso es algo que no puedo negar
pero, que incompleto me siento.
Pensé que era lo que faltaba, ese pedacito 
esa maldita pieza del rompecabezas de la que todos hablan.

Su peso se sintió en el  borde de la cama
su cabeza hacia atrás
sabía que le pasaba algo, era indescifrable pero era algo
y eso siempre es malo. 

Toqué su hombro, su piel que no hace mucho era caliente
que estuvo sobre mi
me ahogué en esos pequeños flashbacks que el tacto te regala.

—¿Qué pasa?
—Tú.
—Y... ¿Eso es bueno? 
—No lo sé.
—Quédate.
—Si me quedo es para toda la vida, si me voy, es para siempre.

Me congelé y su mirada fue la esencia de la penetración
de la lujuria, del... amor, tal vez.
No estoy preparado para estar con alguien, no está en mi naturaleza
No estoy preparado para su ausencia, no podría

Le abracé, como si fuera la primera vez, como si fuera la última
decidí no decidir nada por ahora
le besé y le abracé un poco más
entendió.

Bailamos al ritmo de sus gemidos y del rechinar de la cama
acompañado de los pequeños monosílabos que salían de mi boca
haciendo la melodía perfecta.

Me dejó satisfecho y al parecer, ahora me siento completo.




4 comentarios:

  1. Muy bello! sensual... sensitivo... me gusto como está escrito...

    ResponderEliminar
  2. Es maravilloso este poema, debido a que mezcla lo carnal con la sensibilidad de dos personas. Es como una mezcla de té y café. Le felicito, escribe muy bien.

    ResponderEliminar