lunes, 15 de agosto de 2016

Primera vez, con ella.

Aún mi cuerpo no conocía otro cuerpo, no tan de cerca, no tan pegado a mí, solo lo había imaginado mil veces desde el primer momento en que nuestros labios se unieron aquella noche cerca de esa calle oscura en una esquina desolada. 

Mi mente giraba al compás que le indicaba esa botella de ron que mientras más vacía estaba más llenaba mi mente de pensamientos, mientras despertaba en mí algo que nunca había sentido, mientras mi cuerpo se preparaba a conocer un terreno desconocido.

¿De verdad quería su cuerpo junto al mío? ¿Qué era realmente lo que quería probar? ¿A ella? ¿A mí mismo? De alguna u otra forma lo iba a descubrir, mi cuerpo no hacía caso a mis pensamientos y comenzó a actuar poco a poco de forma firme y viril.

Me tomó de la mano y me guío dentro de mi casa como si fuese la suya, ya sabía donde estaba mi cuarto pero me llevó directo a la habitación de mis padres, no estaban en casa y esa cama fue el lugar donde mi mente se desconectaría para que mi cuerpo funcionara inconscientemente.

Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo rápidamente buscando la forma de despertar todo lo despertable en mí, su boca en mi cuerpo hizo un campo de batalla mientras como por arte de magia nuestra ropa iba desapareciendo. Sin dudar me dejé caer de espaldas como en una prueba de confianza y un solo segundo después sentí su peso sobre mí. 

Abrí lo ojos y aún con la escasa luz pude diferenciar su hermosa silueta de abajo hacia arriba en la oscuridad mientras separaba la botella de su boca y dejaba caer un gran hilo de ron dentro de mi boca, ahogado, mareado, cegado y excitado la alcé por la cintura y sin pensarlo más la dejé caer encima de mí. Escuché un gran grito y mi menté se apagó.

Recuerdo mucha humedad, recuerdo muchos sonidos que nunca había escuchado antes, sentía dolor, sentía placer, había millones de sabores en mi boca mientras probaba cada parte de su cuerpo y olores que hoy entiendo qué eran. 

Recuerdo música, cómo puede ser que me estaba moviendo de esta forma tan rápida, tan dura, tan fuerte y en esta posición mientras sonaba alguna canción de Adele en el fondo de la habitación. La excitación y el deseo de poseer pudo más que mi oído rítmico.

Por un momento me perdí y en un flashback recuerdo mi cara en medio de sus piernas mientras balbuceaba cosas sin sentido sin escuchar ecos en esa cueva oscura... Luego mi mente se volvió a desconectar. Desperté y ella seguía gritando encima de mí y como pude me incorporé en el hombre que creía que era pero mientras la guerra estaba en su mejor punto volví a perder otra batalla y otro hilo de ron entró en mi garganta.

¿Qué estoy haciendo? ¿Qué está pasando? Esto tiene que acabar en algún momento, mi cuerpo dejó de sentir placer, dejó de sentir dolor, dejo de estar excitado y solo era un cuerpo inerte con una erección fulminante y eterna controlado por alguien que no era yo.

Me desmayé y horas después desperté con mi cuerpo lleno del líquido que estaba acostumbrado a tirar en mi mano por todo mi cuerpo seco y pegado, ella estaba a mi lado con un pierna sobre mí y un abrazo a medias, yo trataba de encajar piezas en el rompecabezas que se convirtió mi mente pero simplemente era imposible.

Me paré, se paró, nos vestimos sin decir una sola palabra y me dispuse a despedirla, no podía creer que acababa de hacer por primera vez lo que siempre quise hacer y simplemente no recordaba nada. Absolutamente nada.

Me serví un café recalentado de hace tres días y me dije a mí mismo después de varios suspiros: No sé si esto es lo que quiero para mi vida.

No pasó nunca más.




martes, 14 de junio de 2016

Martirio.

Mis pensamientos invaden no solo mi mente, se apoderan de cada parte de mi cuerpo y es algo que simplemente no puedo controlar ¿Quién podría? ¿Quién es capaz de domar sentimientos tan naturales? Tan salvajes, tan primitivos, tan intensos.

Lucho constantemente con estos impulsos pero soy débil y siempre terminan ganando una batalla de la que tienen ventaja, lo saben y se aprovechan de mí. Siempre termino por hacer lo que no quiero pero ¿Realmente no quiero? ¿Realmente quiero? Ya no sé que pertenece a mi realidad.

Muchos dicen que es una necesidad pero ¿Qué es lo que necesito? ¿Sentir? ¿Atención? ¿Liberar algo que desconozco? Todo esto es más grande que yo y siento su peso en mis hombros, bajando por mi espalda. 

Aquí me encuentro esperando y cuando llega el momento hago lo que tengo que hacer, lo disfruto, me siento en mi elemento y me olvido de todo la moralidad por un momento pero, siempre hay un pero, una vez más comienza este martirio mental y comienzo a morir lentamente.

El castigo, supongo.