Quería escribir un poema sobre tu ausencia en mi atmósfera pero decidí
dejar de torturarme con la afilada punta de tu cruel recuerdo.
Decidir a veces no es dejar de hacer, las decisiones a veces son para
irrespetarlas.
Uso la imagen hermosa de tu cuerpo para dormir, me cubro con vagas
sensaciones de tus labios y apoyo mi cabeza en una almohada ficticia del lado
frío de tu corazón.
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