martes, 14 de junio de 2016

Martirio.

Mis pensamientos invaden no solo mi mente, se apoderan de cada parte de mi cuerpo y es algo que simplemente no puedo controlar ¿Quién podría? ¿Quién es capaz de domar sentimientos tan naturales? Tan salvajes, tan primitivos, tan intensos.

Lucho constantemente con estos impulsos pero soy débil y siempre terminan ganando una batalla de la que tienen ventaja, lo saben y se aprovechan de mí. Siempre termino por hacer lo que no quiero pero ¿Realmente no quiero? ¿Realmente quiero? Ya no sé que pertenece a mi realidad.

Muchos dicen que es una necesidad pero ¿Qué es lo que necesito? ¿Sentir? ¿Atención? ¿Liberar algo que desconozco? Todo esto es más grande que yo y siento su peso en mis hombros, bajando por mi espalda. 

Aquí me encuentro esperando y cuando llega el momento hago lo que tengo que hacer, lo disfruto, me siento en mi elemento y me olvido de todo la moralidad por un momento pero, siempre hay un pero, una vez más comienza este martirio mental y comienzo a morir lentamente.

El castigo, supongo.