sábado, 30 de marzo de 2013

¿Por qué eso no puede ser suficiente?

Te amo y me amas
¿Por qué eso no puede ser suficiente?
Quisiera ver sonrisas en todos los rostros en vez de oír pequeños susurros.

Tener que esperar a que la soledad nos acompañe
para demostrar nuestro amor es una pequeña tortura
no me importa porque estamos juntos
pero sigue siendo una tortura.

Eres igual a mí y yo igual a ti
¿Por qué eso no puede ser suficiente?
Desearía que desaparecieran esas miradas de asco, de asombro y confusión.

Amo agarrarte de la mano, decirte suaves cosas al oído, besarte;
amaría más poder hacerlo cada vez que quiera
donde quiera
las veces que quiera.

Respiramos, soñamos, cogemos, fumamos, lloramos, odiamos, amamos.
¿Por qué eso no puede ser suficiente?
Que yo te amé precisamente a ti es la única diferencia.

Esperamos ser libres pero mientras
somos dos erecciones en una cama buscando aceptación, amor y placer.



domingo, 10 de marzo de 2013

Nuestra noche, de anoche.

Entonces estamos aquí, debajo de las sábanas queriéndonos aunque el mundo se oponga a lo que somos. Dos mitades que se quieren fundir para crear al ser perfecto. Tú, tu mitad quiere abrazarme, besarme, acariciar mi cabello y dormir conmigo toda la noche mientras yo, mi mitad quiere desgarrarte la ropa y hacerte completamente parte de mi alma y mi cuerpo. 

Comenzamos el juego, un juego tan caliente como lo es tu piel, cosa que mis manos sienten, se queman, arden al recorrer constantemente tu espalda, tus caderas, tu abdomen, tus piernas, tu trasero... ¡Tu cuerpo es increíblemente caliente! Y eso me excita. 

Me besas con los ojos cerrados, como un amante que quiere perderse en el momento para que el beso dure toda una eternidad. Yo te veo, y estudio tus movimientos, cómo tu boca danza con la mía mientras el poco aliento que nos queda se difumina en el aire. Tratas de llevar mi ritmo, pero prefieres abrazarme tan fuerte como puedes, como si de mis ganas se tratara. 

Me subo encima de ti, tomo tus manos y las coloco al lado de tu cabeza, te devoro, dejo marcas en tu cuello como huellas deja un astronauta en la luna. Beso cada uno de tus lunares que por cierto son muchos y por todas partes, y eso es lo divertido. Mis besos llevan con ellos un pequeño movimiento de cadera nato, natural que incita a pecar, pero no un pecado cualquiera, no, un pecado carnal. Cuando te subes encima de mí, lo haces para calmarme con todo el peso de tu cuerpo, me dejas sin aire. Pero vuelvo a ganar, y subo arriba de nuevo.

Detienes mis caderas con tus manos, y luego sigo, me detienes, y luego vuelvo a seguir porque yo sé a dónde vamos a parar.

—Deja de moverte así, yo sé lo que quieres. Y yo lo quiero también.
—Yo solo estoy jugando contigo.
—Y lo haces bien, basta o despertaremos a todos.
—Yo te tapo la boca.
—...

"Todo tiene su tiempo, todo, y vamos lento, viendo cómo nos va y cómo surge" Amo esa maldita frase salir de tu boca.

Me abrazas por última vez esta noche, me besas como si se fueran a agotar las ganas para siempre, me abrazas y me ves, he notado que te gusta mirarme. Nos despedimos y como cada noche, volvemos cada uno a su cama esperando la próxima vez el encuentro. Y ver, qué mitad del ser perfecto gana. 



martes, 5 de marzo de 2013

Dejé.

Dejé de escuchar 
cuando la gente me decía que hiciera aquello que no me hacía feliz 
aunque fuera lo mejor para mi. 

Dejé de hablar
cuando supe que mis palabras no hacían sentir nada a las personas
a nadie. 

Dejé de tocar
cuando mis caricias eran aceptadas solo hasta que terminara la noche
saliera de esas sábanas.

Dejé de besar
cuando no pude encontrar después de pasar por muchas bocas
otra boca como la tuya.

Dejé de reír
cuando abrí los ojos y me di cuenta que el mundo es solo un frasco de dolor
y yo estoy dentro de él.

Dejé de soñar
cuando miré hacia arriba y el cielo se me hizo tan lejano 
prefiero estar pegado al suelo.

Dejé de saltar de colchón en colchón
porque nunca encontré la verdadera comodidad que me hacía feliz
esa que encontré en tus brazos
alguna vez.

Dejé de dejar las cosas
cuando vi que no hacía más que dañar a una solo persona y no hablo de ti
obviamente, de mí.